Esta vez tenia que responder ya que Martín tenia la boca llena, pero… ¿que debería de decir?
-Yo… soy recepcionista, o bueno… algo así como una asistente de vez en cuando-
Ellos me vieron un poco confundidos y Martin apretó mi mano un poco fuerte, al parecer no debí
de haber dicho eso.
-Eso es… inesperado- comento el padre.
-Es algo momentáneo, la verdad es que ella tiene mucha más experiencia solo que está en esa
área para que aprenda como es el movimiento en el lugar y una vez este preparada la pasaremos a
directora-
La cara de alivio de los padres fue muy evidente, al parecer si les importaba cual era mi trabajo
aunque ¿Cómo podría juzgarlos? Las personas con dinero no suelen casarse con secretarias o
recepcionistas, es algo que no seria bueno para la familia.
-No se si mi hijo te lo comento Valentina, pero mi esposo y yo estamos ansiosos por este
matrimonio y porque nos den nietos a los cuales poder mimar y amar. ¿te gustan los niños?-
-Claro, yo tengo un hi… jo…-
Respondí sin pen