Me desperté en la cama cubierta por una fina sabana blanca, estaba desnuda, estire mi mano para tocar el pecho de Martín pero no estaba lo cual me extrañó, me levanté y me coloque mi bata para poder salir.
¿Se habrá ido a trabajar? Es lo que se me llega a ocurrir ¿qué hora es? No creo que sea tan tarde como para que ya se encuentre en el trabajo. Tome mi teléfono de la mesa de noche y busque ya eran casi las 10 de la mañana.
¡No puede ser!
No había llevado a Larry al colegio, salí del cuarto y fue a su habitación para poder despertarlo cuando entre no lo vi por ningún lado lo cual me sorprendió
-¡¿LARRY?!- Grite y me quedé en silencio esperando alguna respuesta.
Al no recibir ninguna mi corazón comenzó a latir muy rápidamente, ¿dónde está mi hijo? ¿Qué tal si al ver la hora decidió ir a la escuela el solo? El tan pequeño en una ciudad como está no es algo bueno.
Había comenzado a temblar al imaginar todo lo que me podía pasar a mi pequeño, llame a Martín alterada.
-Buenos días Valenti