Damon Lennox

Había esperado demasiado tiempo a que lloviera, pero mientras el cielo se caía yo permanecía postrado a las afueras de la casa de Liam y Dereck.

Debería darle su espacio, tener calma, pero esa parte animal de mi que había estado intentando controlar estaba desbordada, se movía salvaje en mi interior y solo me rogaba que la mantuviera en mi campo de visión, que la hiciera aparecer nuevamente para ver esos bonitos ojos, para ver que tanto había cambiado desde la última vez en la que la había visto y realmente no importaba que durante todo este tiempo la haya estado mirando, no, quería más, quería tenerla de más cerca.

—Vamos a casa —pidió Damian — ella no va a salir con esta lluvia y dudo que nos deje entrar mojados y llenos de sangre, ambos olemos horrible, Damon, así que vamos a casa.

—¿Y si se va de nuevo? —no lo hará, si volvió es porque quiso, dudo que se vaya sin hacerte pagar tus desaires.

No me hizo gracia su chiste, pero a final de cuentas terminé aceptando y l