92. MALDITOS CELOS
[FRANCESCO]
Al día siguiente: 28 de noviembre
El avión de la escudería surca el cielo nocturno mientras la ciudad de Londres se aleja bajo nosotros, convertida en un mosaico de luces que no logra distraerme. No dejo de pensar en lo que vi en la fábrica.
El beso de William a Sofía no se borra de mi mente. No importa que haya estado a distancia, que no haya intervenido; la imagen de ellos tan cerca, tan… íntimos, me quema por dentro. Siento el calor del enojo subiendo por mis venas y, al mismo tiempo, una punzada de miedo: miedo de perderla, de que William cruce otra línea, de que alguien arruine lo que hemos construido en silencio.
Sofía está a mi lado, ocupada revisando datos del circuito de Abu Dhabi en su tablet. Su cabello cae sobre su frente, y sus ojos grises se concentran en la pantalla, ajenos a mi tormenta interna. La observo y mi corazón se estremece: la amo más de lo que había permitido admitir, pero nunca antes sentí tanta vulnerabilidad.
—Sofi… —susurro, incapaz de quedarm