132. LA VERDADERA BATALLA
[FRANCESCO]
Salgo de la sala de reuniones con la adrenalina aún quemándome la garganta. Mi corazón sigue latiendo como si estuviera en la última vuelta de una carrera. O tal vez peor. En la pista, al menos, conozco el enemigo. Aquí… me muevo en un terreno donde todo puede ser manipulado.
Carlo camina a mi lado, firme, pero sé leerlo. Él también está tenso.
—No lo subestimes, Francesco —dice, sin rodeos, mientras bajamos por las escaleras hacia el piso inferior—. Va a contraatacar. Y fuerte.
—Que lo haga —respondo sin detenerme—. Ya no estoy huyendo.
En el primer piso, pasamos por ingeniería. Algunos empleados me miran con simpatía. Otros con miedo. Y algunos… con esa mirada de “no te metas con él” que siempre protegió a Soyer.
No importa. He estado solo antes. La diferencia es que ahora no lo estoy.
Cuando salimos al estacionamiento subterráneo, el frío muerde más que antes. Carlo detiene el paso y se vuelve hacia mí.
—Lo que dijiste en esa sala no fue solo una advertencia. Fue una de