ISABELLA RODRÍGUEZ
Javier nos había escuchado hablar a Guillermina y a mí, cuando me di cuenta ya era muy tarde, había salido corriendo. No era la forma en la que pretendía que se enterara que Gabriel era su padre y ahora temía que no fuera fácil para él asimilar las cosas.
Rebuscamos en todos lados, mi instinto me había dicho que el último lugar en el que él querría estar sería con Gabriel, pero era el único sitio donde faltaba buscar. Me asomé a la habitación y lo primero que vi fue a Gabriel peleando con su corbata frente al espejo, entonces escuché a mi patito:
—Cuando ente a la equela… ¿Le puedo deci a todos que edes mi papá? ¿Pasadas po mí a la salida? —preguntab