La misteriosa Kenia, antiguamente una modelo con gran trayectoria por las pasarelas del mundo, cayo profundamente en el hoyo de la pobreza, debido a los excesos de una exitosa vida pasada, durante una noche se encontrara cara a cara con el magnate Harry, quien solo buscaba una aventura de una noche, pero al enamorarse de sus encantos decide ofrecerle un trato, ella firmara un contrato para brindarle un matrimonio y un heredero, ahora la dama deberá descubrir si está a la altura de ser Una Esposa para el CEO.
Leer másUnas piernas largas en la acera caminaban de un lado a otro con un vestido de lentejuelas ajustado que dejaba entrever una esbelta silueta que hasta hace poco adornaba las portadas de las revistas más importantes del mundo, pero está belleza al igual que otras tantas cosas fue dejada de lado por un mundo malvado que la arrastró a los vicios.
Mismo que ahora, era que ellos lideraban sus pasos le cierran las puertas en la cara, llevándola a estar aquí en esta noche sin luna por la cantidad de nubes que hay en lo más alto del cielo, esperando las luces de un auto y al verlo le hace saber, extendiendo su mano, que está de servicio.
Uno de los empleos más antiguos del mundo y ahora era su profesión, no esperaba nada de la vida, ella le dio todo y se lo quitó en un segundo, conocía gran parte del mundo, tuvo el tiempo y dinero suficiente para recorrerlo, tuvo joyas, autos, casas de lujo y ropa de diseñador. Aún quedaban algunos pequeños indicios de esta vida lujosa que todavía los vicios no habían arruinado.
A lo lejos diviso las luces de un vehículo, no se trataba de cualquiera sino de un Mercedes de colección como ese que uno de sus amantes le regaló por su cumpleaños, lastima eso se trata solo de un recuerdo lejano. Este se detuvo lentamente frente a ella, el hombre en el interior encendió las luces, quería verla con detenimiento.
La joven se acercó a la ventana, aunque el comportamiento de este posible cliente era más extraño de lo que estaba acostumbrada y eso era decir mucho. Este sujeto era muy apuesto, con un buen mentón, cejas pulcras, barba recortada, dientes blancos, ojos que al menos en apariencia se veían honestos, eso sin contar con el hecho de que este hombre era adinerado. Se preguntaba ¿Que hacía un sujeto como este aquí? Solicitando sus servicios.
—Hola cariño de seguro puedo ayudarte en algo —Pregunta la joven apoyándose en la ventanilla.
El cliente sonrió y roso suavemente su brazo, la piel de la mujer era tan suave y tersa, su tez era preciosa, sus hermosos ojos verdes, le recordaba, a esas actrices que le encantaba ver en la televisión, sus rasgos delicados parecían los de un ángel, aunque había algo en su rostro que le hacía pensar estaba en el lugar equivocado, no era como esas mujeres que se dedicaban a esto con felicidad, sino que cierta tristeza en su mirada la tenía en un lugar alejado de allí.
—Sí, sube —Dijo este hombre con las pocas palabras que siempre lo han caracterizado.
Ella temerosa como siempre subió al vehículo y solo pudo pensar lo mejor, conocía amigas que habían tenido contacto con el lado oscuro de la profesión, clientes que se negaban a pagar, que se ponían violentos o que les pedían cosas realmente denigrantes, ella contaba con muy poco tiempo ejerciendo este empleo y agradecía no haberse topado con nada como eso aún. De preferencia no hacerlo nunca.
—¿A dónde vamos? —Preguntó la dama entre sonriente y asustada.
—A mi casa —Respondió el conductor acelerando.
—Yo… No suelo ir a casa de los clientes —Balbuceó ella con miedo.
—Me imagino, pero yo no soy como el resto de los clientes y no quiero un servicio cualquiera —Replicó el frunciendo el ceño.
—¿Y qué es lo que usted necesita? —Se interesó la joven confundida.
El hombre se rio al notar lo asustada que ella se encontraba, sin duda ella había conocido el lado oscuro de la vida y por eso era tan desconfiada, sin que eso le quitara la belleza que le tenía atontado, su olor inundó el interior del coche, era dulce como su rostro.
—Vivirás conmigo como si fueras mi esposa —Soltó el con seriedad.
Sino no fuera por la cara que este hombre tenía hubiese pensado que era un chiste ¿Cómo le iba a hacer una propuesta tan extraña? El ni siquiera la conocía como para proponerle eso, pero ¿Quién era ella para refutarlo? Eso representaba dinero y en grandes cantidades, además de las comodidades que perdió por tonta, que no le caería nada mal volver a tener.
—Una peculiar petición, pero al cliente lo que diga —Contestó ella masticando chicle.
—Lo primero que vas a hacer es botar eso por favor, eres muy hermosa para estar masticando de esa manera —Solicitó con autoridad.
Con esa petición ella comprendió él porque este sujeto que claramente era un buen partido estaba solo y loco, por tener a alguien con quién al menos fingir tener una relación, lo cual por si solo era bastante triste.
—Está bien bravucón, no te molestes —Dijo con picardía botando su chicle en el cenicero de este hombre —¿Y cómo se llama mi esposo? —Preguntó la joven colocando su mano en la pierna de él.
—Harry Smith es mi nombre —Indicó este tocándole el rostro.
—¿Es el dueño de Ledule? —Interrogó la dama con los ojos agrandados.
—Veo que al menos lees las revistas de moda —Bromeó el CEO con malicia.
Se trataba de una de las empresas más prestigiosas de todo el país, encargada de hacer productos de belleza e higiene personal para mujeres. De hecho, ella misma había trabajado en campañas publicitarias para la compañía, obvio nadie le presento al CEO.
—Este trabajo le va a salir costoso —Señaló la joven al ver la verja enorme que cubría la propiedad de al menos tres hectáreas que se alzaba en lo alto de una colina.
Con un control remoto abrió la cerca y dos empleados vinieron a saludarle, este hombre contaba con muchos millones en su haber y ella sin duda pensaba aprovechar cada instante en esa casa ambientada como un enorme Castillo en el medio de unos jardines finamente cuidados del que colgaban flores de diversos colores, iluminando la vista de todos a su alrededor. La imponente fortaleza rústica desde el exterior escondía la más moderna de todas las moradas, pisos blancos en los que podía ver su reflejo y unas grandes escaleras la recibieron mientras él la tomaba de la mano como todo un caballero.
—¿Te gusta lo que ves? —Preguntó este al ver cómo a ella se le iluminaba la mirada.
—¡Que hermoso! —Exclamó la dama con una gran sonrisa.
—Ven por acá —Solicitó llevándola a un cuarto en el primer piso.
A lo lejos ese tal jefe los miraba fijamente, nunca fue del agrado del millonario, se trataba de un desviado de los que el magnate mantenía un mal concepto ya que era bueno juzgando las acciones de los demás y tapándose los ojos para no ver las suyas.—¿Vengo a buscarlas mañana? —Finiquitó este molestándose un poco por todos los rodeos.—Yo te llamo —Fue lo que su novia le respondió retirándose de su lado y volviendo a su lugar de trabajo.Ese tipo de respuestas inciertas que solía entregarle ella le molestaban sobre manera no se trataba de una persona paciente que se encontrara dispuesto a esperar a que el resto decidiera que hacer con su vida, aunque con el caso específico de la chica conocía que no se trataba de una mujer igual a todos, no podía simplemente sobornarla con darle dinero o no comprarle ese vestido que tanto desea. Ella no mantiene cosas materiales que la aten a permanecer al lado de nadie y lejos de ser como el siempre buscar tomar decisiones, aunque en el momento no
A lo largo de un recorrido una persona puede experimentar ciertos cambios de mentalidad que le de a poco lo saquen de inconvenientes que por audaz, egocéntrico, avaricioso o lujurioso incurrió, incluso a nivel religioso se dice que un ser supremo existe y si te encuentras lo suficientemente arrepentido de lo que hiciste puede perdonarte sin importar la magnitud de los actos realizados.No obstante, en el caso específico del millonario Harry Smith, si bien ahora era un poco más sensible en cuanto a las necesidades de los demás, confiaba en las palabras de Lindsay, estaba dichoso por la idea de ser padre, el mismo no se arrepentía en absoluto de cegarle la vida a unas mujeres que si bien no se encontraban en los lineamientos morales, cívicos o religiosos no le correspondía a él hacer ese trabajo. Lejos de dolerse por una vida que arranco, por quitarle la oportunidad a un ser humano de cambiar y reflexionar por su cuenta en el fondo, en la intimidad de su habitación cada que lo recordaba
Se despidieron con un gran beso en los labios y con las miradas eran capaces de expresar todos los sentimientos posibles, los dos estaban enamorados y el fruto de esto crecía dentro de ella como las semillas que planto en la casa de su padre. Los días pasaron y el momento de la prórroga había llegado, el millonario, en compañía de su abogado llegaron puntualmente al lugar en donde estaba pautada la cita mirando con un aire de superioridad al par de mujeres.Al llegar el fiscal todos pasaron a la sala, tenían la palabra las damas y en pocos segundos expreso de forma detallada como había pruebas fidedignas de los engaños sistemáticos de este hombre hacia Sofía presentando como evidencia una prueba de embarazo de la última de sus parejas, el fiscal se volvió ante el con una mirada de desilusión. Esta evidencia se trataba de algo contundente y si traían a la chica ya la estarían involucrando en todo esto, lo único que le quedaba era declararse culpable de los hechos que se le acusaban y a
Una información que para el millonario era como ese brebaje caliente que apaciguaba los malestares de su cuerpo y alma, todos esos miedos que acumulo por tanto tiempo se esfumaban, al fin iba a contar con el heredero que tanto deseaba, lo demás tenía poca importancia delante de esto.Por tantos años tuvo tanto miedo de convertirse en padre por la incapacidad que sentía de querer a alguien ajeno a él, pero a medida que los años iban pasando y que se fue percatando que el tiempo para engendrarlo se reducía, fue cuando se empecino con la idea notando que si no lo ejecutaba cuanto antes lo más probable es que ya no pudiera hacerlo.Sin mucho éxito fueron sus intentos, esas nuevas ideas de padres subrogados y afines no eran para él, si iba a ingresar en la paternidad lo haría del modo tradicional y sino era una señal del universo que le gritaba a los cuatro vientos que eso no era para él. Lindsay, el ser que Dios coloco a su lado para que despertara de la indolencia en la que vivía, para a
Todos para este punto se encontraban exhaustos por lo que se hizo una pausa de veinte minutos en los que salieron de la sala y aunque la abogada intento acercarse al par y llegar a un acuerdo estos simplemente no le permitieron hablar y se alejaron, no eran tonto y saben que todo lo que dijeran se usaría en su contra.Pero una llamada cambio por completo el rumbo de todo lo que se tenía previsto, el celular del hombre resonó en los pasillos amplios del recinto al contestar a este le cambio el semblante y las palabras más dulces fueron dichas para ella, el hombre estaba hablando con Lindsay de eso no había duda, sin embargo, fue una de las noticias que esta le dio, la responsable de que el hombre abandonara todo lo que allí se estaba haciendo y se fuera del lugar.Por dicho motivo la segunda parte de la sesión fue pospuesta para la semana entrante, el protagonista de todo esto no se encontraba entre ellos, las mujeres sabían que algo de mucha importancia para este se tuvo que gestar, p
Las presentaciones o preliminares, un paso antes de tener la penosa necesidad de ir a juicio siempre que se puede aprovechar se hace y más cuando los involucrados tienen tanto que perder, el fiscal lee la moción de la mujer que ese día fue con lentes oscuros y ropa completamente blanca intentando que con ella se viera un poco más angelical de lo que realmente era, junto la abogada que le susurraba cosas convenientes al oído.Todo desde su postura hasta la forma como tenía puestas las manos no era más que un intento de mantener el personaje que le fue asignado en esta obra, la de víctima, al menos ella si estaba consciente de lo que estaba haciendo y actuaba en consecuencia con el mismo.En el otro extremo y como el antagonista de esta historia se encontraba el millonario quien sabía que este error de casarse con ella sin un acuerdo prenupcial le costaría caro, lo único que le daba vueltas en la mente es que un error como este no podía repetirse. Este se encontraba de forma pacífica se
Último capítulo