Irene.
__ Todo lo que digan no es cierto. - exclamó Amanda cuando las esposas fueron cerradas en sus manos. - Nada es...
__ ¿Has escuchado que lo que digas puede ser usado en tu contra? - pregunté en su dirección. - No sé mucho de leyes, pero tener un prometido que sea abogado, me ayuda mucho.
__ Vas a arrepentirte de esto, Irene. ¡Te lo juro!
__ Eso podría considerarse como un delito. - dije a los oficiales que solo asintieron. - Cuidado, Amanda. No vaya a ser que otro delito se te impute y la pena sea más larga.
__ ¡Voy a matarte!
__ Ok, es mejor que se le lleven si no la lista no dejará de crecer. - abrí la puerta, recibí los agradecimientos de los policías, pero quién tenía el crédito era Rosy, la cual movió su mano para despedirse, a modo de burla.
En todos los medios estaban colocando esas fotografías, que ya tenían un orden específica de que eran personas peligrosas.
Ya no buscaban a Rubén para saber si había sido víctima de pandillas o alguien más, si no para arrestarlo h