-¿Quieres pasar?- preguntó con sus ojos de cordero, que parecían temblar en la ténue luz del pasillo.
-Yo…- dijo Thomas, sintiendo su corazón golpear con dolor su pecho- No me malinterpretes ángel… pero no pagué por esto, no quiero que creas que…
-No pensé en eso…
-No quiero aprovecharme de tí- susurró cercándose lentamente a la rubia, quien se movió hacia dentro del apartamento que los recibió con su oscuridad.
-No lo haces… es lo que quiero- ronroneó más cerca del rostro de Thomas, pudiendo sentir el calor excitante que emanaba ese cuerpo fornido- Es lo que en verdad quiero… está fuera del dinero- susurró dulcemente apoyando sus manos en el pecho del hombre- ¿Tú también quieres?
Celeste pudo ver los ojos negros del joven que se ponían aún más oscuros, con sus pupilas dilatadas y una mirada llena de deseo. Avanzó más, y sin dejar de mirar a su hermoso ángel cerró la puerta detrás de sí. Dejando la habitación en penumbras.- Claro que quiero… lo he deseado desde la primera vez que te