-Krys… ¿Sabes dónde está Cele?
La mujer ya estaba cansada de estos interrogatorios inesperados que la tomaban desprevenida, lo bueno es que estaba aprendiendo a ocultar su nerviosismo y mentir sin que su ojo comenzara a titilar o sus manos sudaran.
-No se sentía bien y se fue a casa antes- dijo mientras limpiaba el borde de un vaso de cristral, alejando su mirada de la de su jefe.
Sin decir más nada, Danny se dio media vuelta hacia la salida.
-¿A dónde vas?- preguntó en pánico.
-A ver si necesita algo…
-Me dijo que no la mlestaran, que no quería visitas.
Danny se volteó hacia ella con molestia y preocupación en su rostro, haciendo suspirar a Kristal. -Danny… Déjala respirar un poco, dale su espacio ¿Está bien?- casi que suplicó.
El hombre estuvo a punto de discutirle, pero por primera vez recapacitó, recordando lo que había ocurrido en casa de Celeste.
-Si sabes algo de ella me avisas- le ordenó volviendo a su oficina.
Apenas se fue, Kristal pudo volver a respirar.
—
Celeste