"¡No! ¡Liana, no puedes hacer esto! Sé que me odias, ¡pero por favor no te vengues de mí de esta manera!"
Me desperté de repente. El sudor frío de mi frente empapaba el papel del libro. Miré a mi alrededor y vi que la oscuridad era casi total. En el silencio, se oían ocasionales susurros de insectos