Conocemos a la perfección la historia del empresario Imanol y su pequeña bambi, el abogado Marco y su pequeña traviesa, el pediatra Leo y su pequeña princesa. Ahora les presento la historia del ginecólogo Esteban y su pequeña gruñona.
Era un día normal en la sala de ginecología, Esteban casi a punto de acabar su turno cuando la enfermera le informó que ha llegado una paciente en estado lamentable.
— El médico general la está atendiendo, pero se necesita su presencia porque la joven se encuentra en estado de embarazo y se teme que el bebé esté a punto de sufrir un aborto espontáneo.
— Iré de inmediato y de ser necesario la trasladaremos a esta sala.
Esteban se colocó su bata blanca y se dirigió junto a la enfermera para la sala donde se encuentra la paciente recién ingresada.
— ¿Cuál es su estado? —Preguntó al llegar.
— Moretones en todo su cuerpo, incluyendo su vientre. Fractura en la nariz y dos dedos de la mano izquierda están parcialmente despegados. —respondió el médico que la rec