Capítulo 24: Estuvo cerca

Naomi.

Estaba en la oficina de Silvana contando los paquetes de droga para guardarlos en unas cajas, ¿quién lo diría?

—Nunca imaginé que haría cosas ilegales como esta —hablé, rompiendo el silencio.

—¿Contar droga? —Se mofó—. Es lo más básico que puedes hacer.

Su cabello rubio estaba atado en una coleta y mascaba un chicle. Inhalé hondo, no podía dejar de pensar en lo que pasó con Malena.

Ella no se creyó lo que le dije.

—Oye, Silvana… —recordé que ella escuchó mi conversación con Silas—. ¿Y si de verdad los humanos hacen que ustedes evolucionen?

Alzó el mentón, mirándome con intriga.

—Te creeré cuando mi querido sobrino o sobrina nazca.

—Bue… —No terminé de hablar.

Mi cuñada dejó lo que estaba haciendo para levantarse a una velocidad que me paralizó. Me obligó a ponerme de pie también, y se posicionó frente a mí, estirando sus brazos para cubrirme.

—No te muevas —ordenó.

¿Por qué de repente se puso a la defensiva?

—¿Qué sucede? —pregunté, lo único que recibí fue un rotundo
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