Colton gruñó mientras profundizaba el beso. Su lengua invadió la boca de Piper y ambos quedaron atrapados en una lucha que él no tardó en dominar.
Deslizó las manos hasta su cintura y la levantó en el aire. Piper reaccionó al instante, enredando las piernas alrededor de la suya.
Colton avanzó por la sala en dirección a la habitación. Se separó de sus labios apenas lo necesario para orientarse, aunque le costaba concentrarse con el pulgar de Piper acariciándole la nuca. Se contuvo lo justo hasta llegar al dormitorio. Allí la apoyó contra la pared más cercana antes de volver a reclamar su boca, frotando su miembro contra su sexo a través de la ropa.
—¡Maldición! —soltó, apoyando la frente contra la de ella, con la respiración entrecortada.
Le sorprendía la facilidad con la que aquella mujer lo llevaba de cero a cien en cuestión de segundos. No debería poder hacer perder la cabeza de aquella forma cuando apenas se conocían.
Sin soltarla, avanzó hasta la cama. La recostó sobre la cama y