Y lo sentimos.
Al no tener ninguno cinturón de seguridad, nuestros cuerpos salen despedidos en dirección al vuelco del auto. El impacto duele como la m****a. También duele como la m****a, los sitios en los que mi cuerpo amortiguó el golpe. Los huesos de mis brazos arden como el infierno.
La boca me