—Te equivocas, ya no es un imposible — aseguro.
Ella me sonríe un poco, con malicia.
—Ya lo veremos en un par de años, cuando te dé un hijo y se aburra de ti, esa chica es una salvaje que no puede quedarse quieta en un país. Serás la burla de nuestro círculo social de los cuernos que te montará. Ya