Emily Hanson
Estoy recostada en el gran sofá de la estancia, Evelyn la tengo rodeada con mis brazos, una de sus pequeñas piernas encima de mi cadera, se ha quedado dormida después de que jugamos por horas con sus muñecas y la pequeña cocina de juguete. Cierro los ojos por un momento, solo escucho la respiración de Evelyn, luego el ruido de la televisión encendida en las caricaturas.
—Señorita Hanson. —escucho mi nombre casi en un susurro, abro mis ojos y veo al ama de llaves de Sebastian y niñera de Evelyn.
— ¿Sí? —susurro para no despertar a la niña.
—Tiene llamada del señor Goldberg. —ella se acerca y me entrega el teléfono inalámbrico, le agradezco, con cuidado de no moverme mucho, pon