Sebastian Goldberg
—Señor Goldberg, aquí tiene lo que me ha pedido esta mañana. —dice Helen, acepto la carpeta.
—Gracias. —le doy una hojeada, Helen se retira, detengo lo que estoy haciendo, me dejo caer en el respaldo de la silla. Cierro los ojos y pienso en lo de anoche con Emily. El pitido del conmutador me hace regresar a la realidad, fuera de mis pensamientos, presiono el botón. — ¿Si?
—Señor Goldberg, tiene visita. —arrugo mi ceño, no estaba programado algo.
— ¿Quién es?
—Es el senador Hanson—arqueo una ceja, eso me recordó lo de hace el fin de semana en Los Hamptons.
—Qué pase. Gracias, Helen, que nad