—Ya te había dicho que en ninguna parte dice que tendrás tu libertad, —detuvo sus palabras, —¿Ya firmaste? —preguntó Fernando al entrar, Carolina se tensó.
—Todavía no ha pasado la hora. —dijo irritada.
—Te quedan ocho minutos para ser exactos.
—Quiero negociar. —insistió Carolina a pesar de lo que Fernando le había estado repitiendo. —¿Quién me asegura que realmente vas a mantenerlos con vida cuando firme? Dices que soy