Capítulo once

Subimos en el auto mientras Alfred nos conducía hacia nuestro destino, había recibido instrucciones de Alex y sabía hacia dónde llevarnos. Estaba sentada en el asiento trasero con el niño más lindo que había conocido. La temperatura de fuera empezaba a decaerse, iba a llover seguro, solo esperaba que no nos estropeara la cena. Establecí una sencilla conversación con Alfred mientras avanzábamos, sabía que era hombre de muy pocas palabras, pero quería asegurarme de que se podía conversar con él.

Cuando aparcó el vehículo le revisé el traje a Hazel y puse en orden cualquier imperfección, no quería crear conflictos. Me bajé del coche y lo ayudé a bajarse. Observé el lugar en el que nos encontramos, se trataba de un restaurante espectacular; por allí so

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