51. ¿Puedo llamarte Eli?
—Tus deseos son órdenes— le dijo Elian al tenerlo cerca de él en la pista y sujetarlo fuertemente antes de empezar a moverse, dejándole sentir no solo el movimiento de sus caderas, también lo duro que estaba.
“Eres tú lo que me gusta, a mí en este momento.”
Pensó Elian sin decirlo, no quería malos entendidos con el joven. Lo que quería era conocerlo.
Joder… Charlie pudo notar que su pareja de baile estaba duro, y no solo eso, el maldito lo puso duro a él solo de sentirlo. Levantó la vista y lo miró a los ojos mientras pasaba los brazos tras su cuello y se movía al ritmo de la música, sus ojos verdes se clavaron en los azules conectando de un modo muy especial y el calor lo invadió muy rápido.
Charlie se separó al cabo de unos segundos para desabrocharse la camisa y quitársela, no aguantaba el calor, pero al quitársela descubrió todos esos tatuajes, prácticamente tenía casi todo el torso y los brazos tatuados a pesar de su aspecto casi angelical con esos rizos rubios oscuro de querubín