112. No puedes permanecer al lado de Evan.
Lia se desahogó y lloró todo lo que no había podido llorar antes, solo de recordar ese frío intenso recorriendo todo su cuerpo parecía que volvía a sentirlo, frío intenso, como si mil agujas le perforan los órganos a causa de ese esa sensación que la recorrió de pies a cabeza y la bloqueó.
— Es el padrastro de Evan — dijo de repente, sabiendo que aquello podía significar el fin, que Judith no se fiaba de nadie jamás y que desde el principio había desconfiado de su relación y sobre todo de haberla hecho pública.
Ella siempre le decía, quien menos te lo esperes puede ser alguien completamente distinto a lo que crees y sabía que era cierto, que cualquiera podría ser un enemigo y estar en peligro por su causa.
Judith en ese momento supo que debía alejar a Lia de ese hombre. Siempre había algo que le había dicho que Evan no era de fiar y no era porque no pensara que un hombre guapo como él no pudiera fijarse en Lia, sino por como había sido de rápido todo, como aquel hombre había cambiado