Capítulo 862
Nadia entrecerró los ojos y se los tapó con una mano para bloquear un poco la deslumbrante luz. El vehículo se acercó lentamente hasta pararse a su lado y la ventanilla del asiento del conductor comenzó a bajarse poco a poco. Nadia dejó de respirar de repente. Su delicado rostro al aire mostraba una mirada de terror absoluto en unos ojos, que no se atrevían a mirar al aterrador hombre sentado detrás del asiento del copiloto.

—Señorita Vázquez, el alcaide la invita en este momento a subir para hablar con usted.

«¿Qué... qué... qué hace aquí? ¿No se había ido ya? Luna me dijo que me alejara de él, ¡no es trigo limpio!», pensó la mujer. Nadia temía establecer cualquier tipo de relación con ese tipo de persona. Lo que ocurrió en el pasado la volvieron aún más cautelosa.

—Yo... yo... —tartamudeó Nadia mientras apretaba el asa de la mochila temerosa contra su pecho.

Parpadeaba inocente y totalmente desconcertada, sin saber cómo reaccionar.

Justo en ese momento, un auto verde fluorescente se
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