Capítulo 409
Luna dio un sorbo a la sopa de pollo con alguna hierba medicinal, que tenía un ligero toque amargo, mientras Gabriel la acompañaba pacientemente. Ninguno de ellos volvió a mencionar el tema que habían hablado en el coche.

Bueno, así también estaba bien.

Gabriel le preguntó:

—¿Te gusta?

Luna respondió:

—Está bien, pero... Voy a volver a mi habitación para hacer los deberes. Que descanses temprano, buenas noches.

—Buenas noches.

Gabriel observó cómo subía las escaleras, sosteniendo un encendedor en la mano, con expresión pensativa. Adolfo notó la sutil relación entre los dos y preguntó tentativamente:

—Señor, ¿has discutido con Luna?

Gabriel cruzó las piernas y se recostó hacia atrás en la silla:

—Luna quería que la ayudara a lidiar con esos periodistas, pero no estuve de acuerdo. ¿Acaso no soy suficientemente bueno con ella? Nuestra relación no es una relación secreta.

Adolfo reflexionó un momento e intentó a explicarlo:

—Es posible que Luna aún no esté acostumbrada a tanta atención. Se
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