—¿Qué esperas? ¡Lárgate! —Rebeca gritó con impaciencia y un gesto de fastidio.
Como si despertara de un sueño, el rostro de Marisol se oscureció, extendiendo su dedo hacia Pedro, mordiéndose los dientes de rabia:
—¡Ustedes... ustedes, perros infieles! ¡Los maldigo a morir sin un lugar donde ser enterrados!
—¡Fuera de aquí!
Rebeca no quería perder el tiempo en palabras, directamente ordenó a los discípulos del Palacio de Jade que arrastraran a Marisol fuera.
Si dejaban que siguiera insultando, podrían provocar a Pedro y empeorar las cosas.
—Joven, ella ya ha sido expulsada de nuestro clan, ¿ahora podrías salvar a nuestro líder? —Después de echar a Marisol, Rebeca habló de nuevo.
—Primero, el pago —Pedro recordó.
—Sin problema.
Rebeca, sin dudarlo, entregó todo el dinero.
Después de completar la transacción, Pedro asintió con reticencia.
Luego, dirigió a sus hombres para llevar a Liliana, quien estaba inconsciente, a la sala de medicina.
La Mansión Stormy, después de ser remodelada, esta