Valente estaba furioso y completamente perdido.
En un momento crítico de vida o muerte, ¿cómo es posible que se queden sin gasolina? ¿Acaso eso no significaba buscar su propia muerte?
—Joven maestro, ¿qué hacemos ahora?
Mirando el tanque de gasolina vacío, el conductor ya estaba sudando profusamente.
En esta área remota y desolada, no había ni un solo lugar donde esconderse.
—Mantengamos la calma un poco más, el refuerzo llegará pronto.
Valente, apretando los dientes, solo podía rezar en silencio para que la ayuda llegara a tiempo, de lo contrario, las consecuencias serían inimaginables.
Diez minutos después.
La velocidad del lujoso coche negro comenzó a disminuir gradualmente hasta que, sin remedio, se detuvo al lado de la carretera.
Al mismo tiempo, una docena de furgonetas llegaron rugiendo, rodeando rápidamente el lujoso coche.
Las puertas se abrieron y decenas de miembros élite de la Pandilla Kirin salieron corriendo con un ímpetu feroz.
Algunos armados con p