—¡Detente! —En ese momento, Leticia de repente se interpuso en el camino, exclamando—. ¡Pedro! ¿Qué crees que estás haciendo? Hoy es el cumpleaños de mi madre, y tú empiezas a pelear sin más, ¿acaso no me tomas en cuenta?
—Esto es un asunto personal entre Valente y yo, no te incumbe —respondió Pedro con el rostro impasible.
—¿Cómo que no me incumbe? ¡Atacas a mi madre y armas un escándalo aquí, eso es inaceptable! —La hermosa cara de Leticia se enfrió.
Apenas entrar y ya están peleando y causando alboroto.
Si se les permite continuar con esta locura, las cosas se saldrán de control.
—Leticia, podemos hablar de nuestras diferencias después, ahora, por favor, hazte a un lado —dijo Pedro con un tono serio.
En ese momento, ya estaba perdiendo la paciencia.
—¿Y si no quiero hacerme a un lado? ¿Qué, me vas a golpear también? —Leticia lo desafió.
—¡No me provoques! —Pedro frunció el ceño levemente, su mirada era excepcionalmente fría.
—Pedro, ¿cuándo te convertiste en esto?