Pedro se levantó lentamente, alzando la cabeza en el proceso.
Sin embargo, al ver a Yolanda y su grupo, no pudo evitar sorprenderse un poco.
Qué pequeño es el mundo, ni siquiera podemos comer en paz.
—¿Otro más?
Al ver a Leticia en la puerta, Estrella frunció el ceño sin querer.
Aún no ha resuelto el problema con Consuelo, y ahora aparece Leticia.
¿Será que el destino se está burlando de ella?
—¿Pedro? ¡Eres tú! —exclamó Yolanda, frunciendo el ceño de inmediato.— ¿Qué haces aquí? Espero que no estés siguiéndonos a propósito.
—Te estás preocupando de más, solo venimos a comer. —respondió Pedro con tono tranquilo.
—¿A comer? ¡Ja! ¿Quién sabe si lo que dices es verdad o mentira? —Yolanda lo miró con desconfianza.— Por lo que veo, sabes que nos ha ido bien, así que finges encontrarnos por casualidad para intentar caernos bien y aprovecharte, ¡gente como tú la he visto a montones!
—¡Exactamente! —Paula levantó la cabeza con arrogancia.— ¡Pedro! Te advierto que te mantengas alejado de nosotr