Una escena inesperada sobresaltó a todos.
Nadie habría imaginado que alguien se atreviera a golpear al hijo de Sabrina.
Es bien sabido que Sabrina es notoriamente tiránica en esta zona, nadie se atreve a provocarla.
—¡Ay! ¡Mi hijo!
Después de un breve momento de asombro, Sabrina gritó alarmada y corrió apresuradamente a levantar a su hijo, que estaba mareado y confundido.
En ese momento, el pequeño gordito tenía la nariz torcida, la boca sangrando, y hasta había perdido dos dientes frontales.
Especialmente la mitad de su rostro golpeado estaba terriblemente hinchado y rojo.
—¡Hijo! ¡No me asustes! ¡Despierta, rápido!
Sabrina empezó a entrar en pánico, sacudiendo a su hijo sin parar, hasta que el pequeño gordito recuperó la conciencia, solo entonces ella respiró aliviada. Sin embargo, su expresión se tornó feroz rápidamente.
—¿Quién fue? ¿Quién golpeó a mi hijo? ¡Que se presente ahora mismo!
Sabrina giró bruscamente, su rostro lleno de ira, como si estuviera a punto de devorar a alg