Punto de vista de Serena
'¡Dios mío! ¿Qué acabo de hacer?' Los nervios me invadieron al instante.
Corrí hacia Bill, tendido inmóvil en el suelo. Llamé su nombre pero no respondió; estaba completamente inconsciente.
Me arrodillé junto a él, mis manos temblorosas exploraban su cuerpo buscando señales de daño. Culpable, le susurré palabras que sabía no podía escuchar. "No te quise empujar así de fuerte", confesé. "Es que cuando olí el alcohol... me entró el pánico. Perdóname, en serio".
Al verlo así, comprendí que era imposible enviarlo a casa en tal condición. Me rasqué la cabeza, abrumada. ¿Qué debía hacer ahora? No podía simplemente dejarlo ahí.
Tendría que quedarse en mi casa por ahora. Pero me era imposible llevarlo adentro sola.
Me incliné más cerca de él, sacudiendo suavemente su hombro. "Bill, tienes que despertar", le insistí, con voz firme pero preocupada. "Vamos, necesitas ponerte de pie para que pueda ayudarte a entrar". Esperé ansiosa cualquier reacción.
Afortunadamente, Bil