Punto de vista de Serena
"¡Suéltenme! ¡Me tendieron una trampa!" Alegó Doris, logrando zafarse momentáneamente del agarre de la policía.
"Quédese quieta o nos veremos obligados a usar mayor fuerza", le advirtió uno de los oficiales.
Al abandonar la azotea, vi una multitud murmurando mientras algunos capturaban fotos y videos de nosotros. Los flashes de las cámaras destellaban por todas partes, provocándome un fuerte mareo que no sabía si era consecuencia de mi embarazo o de la intensidad de las luces que nos rodeaban.
Resultaba inquietante y desconcertante observar cómo nuestra delicada situación se transformaba en un espectáculo para el consumo ajeno.
Doris aprovechó cada segundo para lanzar acusaciones contra mí, asegurándose de que su voz llegara a todos los presentes. "¡Ella es quien miente y manipula a todos a su antojo!" Gritó con furia.
"Solo busca dinero, engatusando a su exesposo ricachón y hasta a su tío", añadió con evidente desprecio.
Tras estas palabras, el murmullo de la