Punto de vista de Bill
Me paré frente al costal de boxeo, con los puños apretados. Hacía mucho que no entrenaba. Entre el trabajo en Cumbre IA, casi no tenía tiempo para esto. Pero lo extrañaba. Extrañaba cómo el ejercicio me ayudaba a pensar más claro.
Empecé a moverme, calentando los músculos. Coloqué los pies en posición Muay Thai, ese estilo de pelea que tanto me gusta. Es simple, usar bien las manos, los codos, las rodillas…
Comencé con golpes suaves al costal, sintiendo la resistencia en los nudillos al impactar. Izquierda, derecha. Se sentía bien, aunque notaba que estaba fuera de práctica. Demasiado tiempo en la oficina, poco en el gimnasio.
Tras unos cuantos golpes más, agarré el costal y lo tiré hacia abajo mientras elevaba la rodilla contra su torso. El impacto se sintió bien, duro y preciso. Repetí el movimiento, una y otra vez, hasta que el eco de los golpes llenó el cuarto. El sudor empezaba a correr por mi espalda, pero apenas lo notaba. Solo me concentraba en el ritmo,