Rosa no pudo evitar sonreír, al menos el ánimo de Connor había mejorado, y poco a poco parecía regresar a ser el mismo.
— No tenía idea de que estabas pasando por tanto, Connor, era una carga demasiado pesada para llevar a cuestas solo, ¿Por qué no me lo dijiste antes?
— ¿Cómo te lo hubiera dicho, nana? ¿Habría cambiado algo?
— Tal vez no entonces… pero al menos te hubiera acompañado en la pena.
— Así es, no habría cambiado nada, además, ya tenías suficiente pena, ahora es diferente, he tratado de drenar mis sentimientos, pero todavía necesitaba sacar esto último, compartirlo con alguien… y solo te tengo a ti para eso.
— ¿Quién más lo sabe? ¿Lo sabe ella?
— ¡No! ¡Y no debe enterarse jamás! ¿Te imaginas lo que pensar