5. Sanarty

Me puse ropa limpia después de darme una larga ducha. Era de madrugada pero el sol ya llegaba a la ventana de mi habitación eso quería decir que en Brankus tambien comenzaba a amanecer.

Abrí un portal con una cuchilla y llegué a Brankus en seguida.

—¡Buen día! —escuché gritar a mi amigo Frank desde una banca.

—¡Buen día! ¿Qué haces aquí?

—Estoy esperando a Sahori, dijo que vendrá como a las 6:00am.

—¿Qué hora es?

—5:30am

—¡Genial! Eso quiere decir que tienes 30 minutos para ayudarme —. Dije para comenzar a caminar rápidamente.

—¡Espera!¿Para dónde vas?

—Dirás "vamos".

—Cómo sea ¿Para dónde "vamos"? —preguntó tras de mí.

—Iremos a romperle la ropa a Sanarty.

Pude notar que se detenía y lo voltee a ver, estaba pálido.

—¿¡Te drógaste otra vez!? —me preguntó alarmado.

—Claro que no... Bueno, hoy no.

—Entonces ¿Cómo diablos crees que vamos a romperle el vestido a Sanarty!? ¿¡Cómo le rompes un vestido a una diosa!? ¿Eres imbésil?

—Sí, lo soy —repondí con indiferencia para seguir caminando —te contaré lo que sucede...

Después de unos minutos ya estábamos en la puerta del gran templo, era casi un castillo. Le acababa de contar todo a Frank.

—¿¡Me estás diciendo que llevaste a mi novia a ese lugar de mala muerte!?

—Te conté todo y le pones atención a eso... Eres un pendejo definitivamente —rodé los ojos.

—Sí cómo sea... Ahora dime ¿¡Por qué llevaste a Sahori a ese lugar!?

—Yo no la obligué a ir.

—Pero tú la invitaste.

—Bueno... Sí... Pero La Tierra no es un lugar tan malo. No es como lo pintan.

—¿No? Recuerdas la vez que me llevaste.

—Sí...

—¡Unos tipos quisieron matarme por quitarme mi comida!

—Pedazos de diamantes no es exactamente comida allá. Que nosotros comamos eso no significa que ellos también ya te lo dije.

—Como sea, ese lugar es horrible.

—Deja de llorar y piensa en cómo vamos a llegar a Sanarty.

—Eso es fácil.

El chico de acercó a la puerta y se convirtió en lobo rápidamente para comenzar a aullar. Lo vi mientras hacía una clara muestra de confusión.

—¿Qué diablos haces?

—Chequea esto —dijo convertido a su forma humana nuevamente.

—Ya sabía que era el lobo más imbésil de todo es mundo —dijo una guardiana tipo tigre abriendo la gran puerta desde adentro.

—¿Cómo estás, preciosa? —le dijo mi amigo con gran egocentrismo.

—Para ti soy Avril, ¿qué quieren?

—Necesitamos hablar con Sanarty.

—¿Sobre qué?

—Asustos confidenciales.

—Si no me dices no entran, Frank.

—Bien... Ehmm —el chico pensó un momento —¿A qué venimos, Chander?

Suspiré pesadamente —Necesitamos hablar sobre el escuadrón.

Avril me vió acusadóramente no muy convencida.

—Entren y se dan prisa, los quiero en 30 minutos fuera de aquí. 

—Claro que sí, preciosa —dijo Frank entrando mientras le guiñaba un ojo y ella lo veía con asco.

—Que bueno que tienes novia —le recriminé una vez alejados de la chica.

—Sahori no está, puedo hacer lo que quiera.

—Eres un hijo de...

—¡Chicos! ¿Qué hacen aquí hoy?

Sanarty se acercó era mayor que nosotros, pero aún así lucía extremadamente joven su vestido rojo rubí que le llegaba hasta el piso era sencillo pero impresionante, ella era totalmente pálida porque nunca salía de este lugar, siempre permanece bajo el techo de este gran lugar, incluso el azul sus venas se le notaban a lo lejos.

—Yo... Nosotros... Necesitamos su ayuda —dije nervioso y ella rió.

—Tranquilos pasen por aquí.

Caminamos tras ella despacio, ese lugar era enorme y cada rincón era extremadamente brillante, lo que es un poco raro, sería como que en la tierra las paredes fueran de hamburguesas. Reí ante mi propia estupidez y seguí caminando admirando las pinturas del lugar.

—¡Este lugar es increíble! —admití.

—Lo es —confirmó la chica de miles de años de edad, ella nunca envejece.

Nos sentamos en unas sillas azules, de madera, suaves en la parte del asiento y el respaldar.

—Ahora sí chicos ¿Qué los trae por aquí? —preguntó ella con una sonrisa y yo palpé mi bolsillo discretamente  para verificar que andaba mi navaja.

Tragué saliva nervioso —¿Podría usar el baño primero? Frank puede ir contándole.

—Eh... Sí claro ve.

El chico me vió con una cara de pocos amigos, solo espero que se le ocurra algo muy bueno para entretenerla.

Caminé hacia una puerta y me escondí para comenzar a arrastrarme por el piso, lo único que tengo que hacer era hacer es arrastrarme y tomar la cola del vestido con cuidado para cortarlo... Fácil.

Me arrastré un poco más, me dolía el torso, en estos momentos me odio por no hacer suficiente ejercicio, nada más llevo unos dos metros y ya estoy sudando.

Cuando llegó cerca de la silla donde Sanarty está saco la navaja y me doy cuenta que soy un imbésil, mejor hubiera traído unas tijeras, me golpeó mentalmente y estiró los brazos para poder cortar la tela. Aún estaba muy lejos así que me acerqué un poco más y halé levemente la cola del vestido por debajo de la silla, yo estaba con la  cabeza debajo de la misma y sentí algo en mi pantalón.

—¡¿Qué m****a!? —susurré para mí.

Tenía la esquina inferior de mi pantalón trabada en otra silla, lo intenté halar para que se soltara y la silla se cayó, soy muy tonto debí hacerlo con cuidado, Sanarty, del susto, se levantó de golpe y yo levanté la cabeza rápidamente topándome con la silla y dándome un gran golpe en nuca.

—¡Me lleva la ver..

—¿¡Qué demonios haces ahí!? —gritó Sanarty interrumpiendo mi maldición.

—Yo... Estaba... —tragué saliva —buscando... Mi... —dios.. no se me ocurre nada.

—Frank sal de aquí.

Me levanté del suelo y seguí a Frank con mucha vergüenza.

—Dije Frank. Chander, tú te quedas.

Cerré los ojos con fuerza y paré en seco, Frank volteó a verme pero solo se encogió de hombros y siguió caminando... Maldito traidor.

—Ahora sí, dime qué querías hacer.

—Sanarty yo... No quiero hacerle daño se lo juro.

—Lo sé, Chander, tranquilo. Dime qué sucede.

—Necesito un pedazo de tela de su vestido.

—¿De mi vestido?¿Para qué?

—No estoy muy seguro como podría ayudar pero es para traer a Jessie a Brankus de nuevo —dije casi suplicante.

—Jessie... Jessie... La verdad no recuerdo quién es.

—Jessie es una Brankuniana tipo leopardo, es muy poderosa y...

—Ah, ya sé quien es. ¿Es tu novia?

—Eh... No, no lo es.

—¿Entonces para que quieres que venga de nuevo?

—Es mi amiga.

—Te diré la verdad querido Chander. Esa chica no va a regresar a Brankus jamás.

—¿De qué habla?

—Yo hice que no pueda abrir portales hacia aquí, no la necesitamos —dijo sin darle importancia caminando hacia otra habitación.

—¿Está bromeando?¡No puede dejarla allá?

—Claro que puedo, ya lo hice.

—¿Por qué hace esto?

—Ya te lo dije, no es necesaria aquí. Mucho menos sabiendo que tú y ella... —se interrumpió a sí misma e hizo una mueca de asco.

—No entiendo.

—¿No entiendes o no querés entender? Los he visto rondando por ahí, tú y esa chica tienen algo.

—¿Y qué si eso fuera así? —pregunté molesto.

—¿Sabes que es lo que sucede?¿Sabes cuál es el problema querido Chander? Que yo ya he estado aquí por mucho tiempo sola.

—¿Y eso qué tiene que ver con Jessie?

—Con ella nada pero contigo sí, Chander quiero que te cases conmigo.

Abrí los ojos de par... ¿Había escuchado bien?

—Disculpe yo creo que usted... Usted está muy confundida... —dije para salir casi corriendo pero fui alcanzado por ella.

—¡Te dije que quiero que te cases conmigo!¡Yo, la diosa Sanarty quiero casarme contigo, Alexander!

Ay no... yo no por favor... Cualquiera menos yo...

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