Capítulo XIII: Conversaciones
Al otro día, muy temprano, Josh volvió a la Hacienda de los Bemberg, pero solo a ducharse y cambiarse de ropa, para así volver con Leyna lo más rápido posible, ya que él no pensaba dejarla sola en ningún momento. Se lo había prometido y lo pensaba cumplir como a de lugar.
Sin embargo, su madre Amelia le detuvo nuevamente antes de que él volviera a salir hacia el hospital.
—¿Qué sucedió mamá? —cuestionó Josh y su ceja derecha se alzó interrogante por la actitud desafiante que estaba mostrando su madre.
Él vestía un vaquero de mezclilla azul, zapatillas blancas y una camisa lisa de color azul marino que estaban arremangadas en sus antebrazos dejando ver el reloj de plata en su mano derecha. El cabello castaño claro lo tenía húmedo y en la mano sostenía las llaves de su vehículo.
Josh había realizado una lista mental, ya que debía pasar al supermercado y a las tiendas de ropa para llevarle algunas cosas de aseo y de vestimenta a Leyna, cosas que se las había