CAPÍTULO VEINTIUNO: PEQUEÑA DIABLA

Capítulo veintiuno: Pequeña diabla

Intento concentrarme en el sabor de la carne asada mientras Clinton pasea sus dedos por mis muslos debajo de la mesa. Le reprendo con miradas silenciosas, pero a él le da igual y continúa en su labor. 

— Te juro que intento entenderte, Blair —alude mi madre—; pero se me hace muy difícil.

Todos dirigen sus miradas hacia mí.

<< Genial, ahora soy el centro de atención >>

Y para rematar, Clinton no deja su mano quieta. Como le pille alguien, juro que lo mato.

— Mamá —replico en tono pausado. No me apetece tener una discusión en plena navidad—, como ya te expliqué, ha sido lo mejor. Mark y yo somos buenos amigos; intentamos algo más y no funcionó. Por favor, demos este tema por zanjado.

— ¡Es que no lo entiendo! —como siempre, mi madre se hace de oídos sordos y expone sus argumentos—. Todo iba genial, tanto que me extrañaba. Mark es un excelente partido y un buen hombre. Era perfecto para ti.

— ¿Para mí?
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo