Capítulo treinta y dos: Embarazada
Mis párpados se mueven lentamente hasta lograr enfocar la vista. Me encuentro acostada, en una habitación parcida la de mi hermana.<< ¡Crystal! >><< Oh, Dios >><< ¿Qué he hecho? >>Me levanto de forma brusca y un mareo me golpea en el acto.— Eh —mi amigo me sujeta rápidamente. No había reparado en su presencia—. Con calma, Princess. ¿Cómo te sientes?— Bien, creo —respondo vacilante—. Al menos físicamente —me llevo una mano a la frente. Mi cabeza todavía duele, pero es soportable. Lo que necesito es un psicólogo, o pensándolo mejor, un psiquiatra para que me encierre en un sanatorio—. ¿Cómo llegué aquí?— Te desmayaste frente a la puerta de mi consultorio.— ¿En serio? —arrugo mi frente—. Solo recuerdo haber caminado sin rumbo.— Pues al parecer tu consciencia te llevó hasta mí —mi amigo me regala una sonrisa ladeada. Brad formaba parte del grupito de Clinton; son compañe