CUATRO

MAXIMILIANO

Es ella, es mi mate, la encontré, Mia, la novia de mi mejor amigo, es la mujer destinada para mí.

Había sentido como mi lobo aulló despertando cuando sintió su olor y tuve que contenerme para no lanzarme a sus brazos y besarla delante de mi mejor amigo.

No podía creerlo, que la madre luna me jugara tan sucio y me enviara como mate, justo a la mujer que Andrés ama también.

Lo malo es que ella me odiaba, me odiaba y no sabia porque, su actitud conmigo fue un poco hostil, desafiante, no entendía en ese momento porque se comportaba conmigo de esa manera si nunca nos habíamos visto antes.

Su comportamiento claro que me descomponía, pero después de encontrar a mi mate, no iba a renunciar a ella.

Lamento que fuera la novia de mi mejor amigo, pero mi lobo la quiere y yo también.

Conducía directo a la discoteca, mi mejor amigo venia detrás de mi y lamente no ir en el mismo auto. Andrés lo propuso, pero quise venir en mi auto para poder pensar.

—Anastasia que quieres—conteste la llamada de mal humor.

—Vendrás a casa.

—No—ahora tengo que cortar de raíz esta situación.

Ya no la necesito porque ya encontré a mi mate y es con la única que mi cuerpo respondería.

—Es una lastima porque compre una lencería nueva y…

—Anastasia, mañana hablamos—la interrumpo—es algo urgente.

—Tu dime donde y ahí estaré.

—Perfecto, tengo que colgar.

Eso hice mirando por el retrovisor. Llegamos a la discoteca, donde ingrese con mi amigo y su novia. En verdad no podía salir del asombro que fuera ella y solo quería llevarla a mi casa o besarla ya mismo.

Claro que no podía hacerlo, por respeto a Andrés que sabe que no sabe como amamos nosotros los lobos. Sin embargo, siempre le hable de que me gustaría esperar a la indicada que solo amaría a una, y el solo se reía.

Lo que no sabíamos era que aquella seria su novia.

Mia, me encantaba hasta su nombre. Su cuerpo, su cabello que era como una melena rubia.

Pedimos algunas bebidas alcohólicas y lo mejor era que Mia quedaba en medio de los dos. Lo que me gusto mucho porque la podía tener cerca pese a que ella era tan distante conmigo.

—Mia aun no puede conseguir trabajo y no entiendo porque—comento Andres—ella es una excelente profesora.

—¿Qué paso? —le pregunte a ella, pero como desde que me conoció, me aniquilo con la mirada.

Es que en verdad no lo comprendía, porque me miraba, así como si me odiara, si era la primera vez que nos veíamos.

Andrés se distrajo recibiendo lo que el mesero traía.

—Cuéntame—insistí porque en verdad quería saber que le pasaba.

—No te entiendo—me dijo mirándome como si fuera la peor escoria.

—En verdad me interesa saber—fui sincero, pese a que ella seguía tan distante.

—No importa, hay mucha gente idiota—respondió—y como ya dije, que no le importa pasar por encima de las personas, aun así, le estén haciendo el peor daño de su vida.

Por sus palabras entendí en ese momento que alguien le había hecho daño. pero ella se veía una mujer buena, amable, así como mi amigo la describía, pese a que conmigo era muy rara y de hecho era amigable porque se le notaba que hacia un gran esfuerzo para mandarme a la m****a.

—¿Qué persona te haría dañ0? —le dije, pero me miro peor.

—Cínico—bramo furiosa—no se a que esta jugando, pero esto me parece de muy mal gusto.

Se puso de pie y se dirigió al baño, por supuesto me dejo mas que confundido porque no soy cínico y tampoco estaba jugando a nada.

¿Qué pasa? ¿Qué es esta situación? Me quedo con mi amigo que comienza a beber y algo que tenia Andrés es eso. Bebe mucho y después de eso, no razona.

—Vamos a bailar—le pidió su novia, pero Andrés no sabía.

—Cielo mío sabes que no puedo.

—Solo quieres beber—se quejo ella y era mi oportunidad para ofrecerme.

—Si quieres vamos—lo hice, lo que nunca hacia con una mujer.

—Si amor, ve que Maximiliano es buen bailarín.

Se negó esta de mas decir, no quiso, pero cuando la tome de la mano tampoco puso mucha resistencia. Lo hacia por dos motivos, el primero por supuesto era porque deseaba bailar con ella mi cuerpo lo necesitaba y ni lobo estaba desesperado por tener un contacto mucho más cercano.

Lo segundo era porque algo que quería aclarar era el porqué de su actitud tan mezquina y grosera conmigo sabiendo que he sido un caballero y he tratado de ser muy amable con ella.

—Por favor mantenga su distancia—me pidió y amaba eso de ella, era caprichosa y tenia carácter, por lo que mas quería estar a su lado.

—Que te pasa conmigo—siempre había sido un hombre muy directo que no le gustaba para nada andar con rodeos por eso le pregunté claramente.

—Yo no voy a caer en su juego, pero si es verdad que no sabe nada, pues lo invito a que remueva su conciencia, si es que tiene una.

Seguía desconcertándome esta mujer. La música alta impedía que pudiera hablar con ella claramente, por ese mejor decidí dejar las cosas así.

Lo que tenía muy claro en ese momento era que si la madre luna permitió reunirnos, esta no iba a ser la última vez que nos viéramos. Seguimos bailando, dos canciones mas, ella separada de mi pero cuando inicio una melodía mas suave, me fue inevitable no tomarla de la cintura y pegarla a mi cuerpo.

Mia olía delicioso,

—¿Qué hace? —se estremeció ella con mi repentino arranque.

—Bailar nada mas—le dije para que bajara un poco la guardia.

—No podemos bailar esta canción usted y yo—quiso apartarse, pero no la deje, no podía.

Para ser sinceros tuve que controlar las ganas de empotrarla contra la pared y besarla justo en el momento en que la vi Por Primera Vez pero en este momento no iba a permitir que se alejara de mí cuando podía tenerla tan cerquita.

—Si podemos—mis manos se perdían en su cintura pequeña.

—No, Andrés—estaba tensionada por mi mejor amigo y era entendible.

No quería presionarla, se removió asustada, pero podía sentir como algo en su olor cambio con nuestra cercanía. Volvimos con Andrés, la platica era mas amena solo porque Mia no hablaba y se mantenía muy al margen.

Después de dos horas, Andrés mi amigo no podía sostenerse el mismo. Por lo que dejamos su auto y nos fuimos en el mío.

—Sabes donde queda el apartamento de Andres—le pregunte a Mia, para romper el hielo.

—Si, he ido varias veces.

 Cuando me respondió apreté el volante con fuerza porque inmediatamente me imaginaba que en su apartamento él podía hacerle el amor.

—¿A que? —si, lo se, fue estúpida mi pregunta.

Pero me fue inevitable no hacerla.

—No te importa.

Ella siempre tan fría.

Lo deje así, simplemente llegamos al apartamento de Andres, lo deje en la cama ya que no podía ni moverse.

—Te puedes ir, yo me hago cargo de mi novio—exclamo Mia quitándole la ropa.

Sali de su habitación, decidido a irme, pero no, espere, tenia que hacerlo, porque era momento de arreglar lo que pasaba entre los dos.

Me ha tardado demasiado en salir pero de todas maneras no tenía ningún tipo de afán fui a la licorería y me serví un trago mientras esperaba que mi mate apareciera.

Hoy sí la situación era bastante compleja y analizaba ya que Andrés será mi mejor amigo, pero su novia era mi madre la mujer destinada para mí y era Claro que no me iba a hacer a un lado porque la había esperado por más de 400 años.

—¿Qué haces aquí? —pregunto ella asombrada al verme.

—Andres ya esta dormido—deje la copa a un lado cuando le pregunte.

—Si, y si eso era lo que te preocupaba, te puedes ir que yo voy a cuidarlo—no me gustaba para nada que me hablara asi y menos si no le habia dado motivos.

Camine decidido a ella que retrocedió hasta chocar su espalda con la pared mas cercana.

—¿Maximiliano que estas haciendo? —musito nerviosa y me encantaba ponerla así.

Porque, aunque amara o quisiera a mi mejor amigo, lo cierto era que tarde o temprano iba a elegirme solo a mí.

—¿Qué hago? —baje la postura y quede a centímetros de su boca—tú y yo vamos a hablar seriamente.

No acepte esa noche un no como respuesta porque iba a saber sea como sea, porque ella me trataba tan mal.

Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo