C84- ¿ROMPISTE TU PROMESA?
El sol entraba por las cortinas entreabiertas, dibujando líneas doradas sobre los cuerpos entrelazados. Rachel abrió los ojos lentamente, sintiendo el peso familiar del brazo de Aaron sobre su cintura y giró para encontrarse con la mirada de su marido, ya despierto.
—Buenos días —murmuró él con voz ronca y una sonrisa que le aceleraba el corazón.
—Buenos días —respondió, acurrucándose más cerca.
Aaron le acarició el cabello, jugueteando con un mechón rebelde.
—¿Y tus manos inquietas? —bromeó con cariño, recordando la noche anterior.
Rachel se sonrojó y le dio un golpecito suave en el pecho.
—Callarte era una opción, ¿sabes? —contestó, acercándose aún más hasta que sus narices casi se tocaban.
No necesitaron más palabras, sus cuerpos hablaron por ellos, encontrándose nuevamente en un abrazo que decía todo lo que las palabras no podían expresar.
Más tarde, mientras desayunaban Aaron le tomó la mano por encima de la mesa. Su pulgar acariciaba suavemente el anil