C11-NADIE PUEDE REEMPLAZAR UNA MADRE.
C11-NADIE PUEDE REEMPLAZAR UNA MADRE.
Esa noche, John llegó al departamento después de un día agotador. Al cruzar la sala, encontró a Melody sentada en el sofá, con una sonrisa traviesa y una gran paleta de caramelo en la mano.
—Melody —dijo, arqueando una ceja—, ¿qué es eso?
La niña se giró, sobresaltada.
—Es una paleta, papi.
John se acercó y se sentó frente a ella.
—Sabes que tu mamá no te deja comer tantos dulces. Dice que después te duele el estómago y no duermes bien.
Melody bajó un poco la mirada, encogiéndose de hombros.
—Pero Isadora dijo que podía.
El nombre le cayó como un peso. John se frotó la frente, incómodo. No quería discutir con la niña, pero tampoco sabía cómo poner límites sin sentirse el villano.
—Melody, eso no significa que puedas comer todos los días, ¿de acuerdo?
Antes de que la niña dijera algo, la voz de Isadora se escuchó desde la cocina.
—¿Pasa algo? —preguntó, apareciendo con una bandeja en las manos y una sonrisa perfecta.
Llevaba un vestido corto de un