Mundo ficciónIniciar sesión— ¿Podría ponerlo de nuevo, por favor?
Para Erick, aquellas simples palabras representaron una verdadera sentencia, el inicio de una terrible tortura que parecía no acabar nunca. Sintiendo el cuerpo pesado y el corazón acelerado, se levantó del sofá, caminó hasta el antiguo televisor portátil que habían conseguido únicamente para ese fin, y dio play al video en el pequeño botón del viejo DVD. —Permanezcan atentos, señores—pidió el detective—. Cualquier detalle, por pequeño que pueda parecer, podría llevarnos a descubrir el paradero de la señora Miller. A Erick, sin embargo, le había bastado con ver el video una sola vez para que las terribles imágenes se le quedasen grabadas a fuego en la memoria, por lo que apartó la vista y trató de escuchar lo menos posible. Contemplar cómo golpeaban a su esposa con una pistola y la obligaban a decir toda sarta de estupideces para presionarlo, era una de las peores experiencias que le había tocado vi






