—…Fracturadas dos costillas, además de una pequeña contusión y unos cuantos golpes que no tardaran demasiado en sanar.
— ¿Está seguro, doctor? —Por supuesto, señor Miller. Le hemos hechos todos los exámenes al menos dos veces para asegurarnos. — ¿Y qué hay del…? —Tampoco se preocupe por eso. Su esposa es una mujer joven, fuerte y con bastante buena suerte. A cualquier otra en su condición no le habría ido tan bien luego de semejante salto a esa velocidad, pero ella salió bien librada. Aun en medio de los múltiples dolores que atacaban su cuerpo desde diferentes ángulos, en incluso a pesar de lo embotada que sentía la cabeza y los sentidos, Olivia fue perfectamente capaz de reconocer a la distancia la voz de Erick, que a sus oídos sonaba profundamente asustada. Sin embargo, no por ello se sintió inclinada a abrir los ojos, levantarse o hacer cualquier cosa que diera a entender que había recuperado el conoci