— No puedo creer que te vayas a mudar con un chico — chilló Dara mientras le ayuda a Calisto a empacar sus cosas dentro de cajas.
— Ni yo misma me lo creo — la emoción era palpable en la voz de Calisto, estaba dando un paso muy importante para ella y pese a que todo estaba pasando sumamente rápido, no tenía miedo. Estaba segura de su decisión.
— Creí que les tomaría más tiempo. Tendría más tiempo para asimilarlo — Dara no pudo ocultar su tristeza.
— Vamos, no es como si me estuviera mudando a otro país y aunque lo fuera, jamás me alejaría de ti, lo sabes — Calisto se acercó a ella y la envolvió en un cálido abrazo.
— No podremos hacer nuestras tradicionales noches de chicas con Abner ahí — señaló en un puchero.
— Abner no estará todo el tiempo — Explicó Calisto.
— Se supone que vivirán juntos, ¿no? — inquirió Dara un poco confundidas.
— Si esa es la idea, sin embargo, por el momento su abuela no debe enterarse, lo haremos público una vez que sea nombrado presidente, cuando ella no pue