STEVEN
Me quedo en el coche con las manos ancladas al volante, dejando a Alan el honor de meter a las chicas en el asiento trasero. Les abre galantemente la puerta del deportivo y les ayuda a subir.
—Gracias Alan —dice Olivia, tomando asiento detrás del asiento del conductor—. ¿Cuánto tardaremos en llegar? —pregunta, ignorándome descaradamente.
—En llegar al helipuerto unos veinte minutos y luego...
—¿Helipuerto? ¿No vamos en coche? —le interrumpió ella, confundida.
—Olivia, en coche tarda casi tres horas, los Parker tienen un helicóptero... Y en media hora estaremos en los Hamptons.
La miro desde el espejo y la veo parpadear sorprendida, captando el reflejo de mis ojos. No entiendo cuál es el problema y decido intervenir.
—¿Tienes miedo a volar? —le pregunto sin dejar de mirarla.
—A mí no me da miedo, pero a María le aterra viajar en avión, para venir a Estados Unidos se ha atiborrado de tranquilizantes.
La joven afectada nos mira confusa, no entiende de qué estamos hablando, pero a