— ¿Señora Capelli? Soy el inspector Rossi, perdón que la inoportune pero necesito hablar con usted, en relación a lo que le ha pasado a su padre — me dijo un hombre que se nos acercó a nosotras, muy bien vestido.
— Mamá espérame en la sala, ahora iré yo por favor — le dije a mi madre
Mi madre entró en la clínica, quedándome fuera en la calle con la policía.
— ¿Damos un paseo? — me dijo
— Usted dirá, poco podre decir ya que no me encontraba en Palermo cuando sucedió – dije
— ¿Bianca sabe si su padre, tiene algún enemigo que quiere verle muerto? sé que su boda con Giuliano Capelli no fue por amor, — me dijo
— Pero le puedo asegurar que mi marido no ha sido quien ha apretado el gatillo, estaba conmigo en Milán cuando sucedió — respondí
— Según el testigo que tenemos, vio cómo disparaban a su padre y según parece ser fue una mujer quien lo apretó, Bianca ¿Tenía su padre algún lío de faldas?
— Inspector mi padre nunca le haría eso a mi madre, para él su mayor tesoro fuimos siempre