16. Sus cachorras.
—Thor, ¿puedes decirme por qué estás tan tranquilo?…
—Alfa, creo que la falta de sexo te tiene alterado —responde, sabiendo que su comentario solo lo pondrá más furioso.
—No me jodas —responde, exaltado y a punto de romper el enlace.
Pero Thor sabe que necesita calmarlo; han tenido una semana demasiado agotadora. Apenas han logrado rescatar medio centenar de cachorras, y las condiciones en las que las tenían son desgarradoras.
—Sabes que ella es real, y es nuestra mate —susurra Thor, haciendo que el corazón del Alfa dé un brinco de alegría.
—¿Pero cómo entró y salió? —pregunta, ansioso por conocer cada detalle.
—Solo sé que nuestra Potra es especial. Debes tratarla con cariño y conquistarla cuando nos encontremos. No puedes dejar salir tu prepotencia y soberbia, o nos mandará por un caño.
—Te prometo que le haré un altar y la trataré con dulzura, respeto y mucho amor. Aunque, en la oscuridad de nuestra habitación, no me controlaré; ansío tenerla y volver a explorar cada centímetro de