LA AMANTE VIRGEN. CAPITULO 24. Tú eres todo
LA AMANTE VIRGEN. CAPITULO 24. Tú eres todo
Blake no sabía en qué momento aquel deseo había despertado en él. Charlotte era una mujer preciosa pero había algo más. Había un hambre allí de amor y de complicidad que lo había acosado durante demasiado tiempo y solo ahora podía reconocerlo.
Se besaron como si el mundo les quedara pequeño. Sus manos se deslizaban por su cuerpo, intentando descubrir cada nervio que la hacía temblar y gemir. En solo segundos podía sentir la humedad entre sus piernas y aquella excitación era demasiada como para contenerla.
Su boca se rindió por fin con un gruñido de satisfacción sobre los pechos de Charlotte, y luego bajó por su abdomen, devorando la cuenca del ombligo mientras ella levantaba las caderas hacia su boca inconscientemente.
Blake la llevó hacia él con un movimiento lleno de necesidad y se hundió en su cuerpo como si solo así pudiera volver a respirar. La penetró lentamente, mientras sus caderas se movían al mismo ritmo. Charlotte gritaba de place