CAPÍTULO 127. Una confrontación
CAPÍTULO 127. Una confrontación
Alejandra comprendió. Por muy íntimos que fueran los amigos, a veces las parejas simplemente necesitaban privacidad.
—¡Además! ¡Tu piscina de rehabilitación está a pocos metros! —exclamó él con un gesto sugerente señalando el invernadero.
—¡Uy sí! ¡Y mi terapeuta personal que siempre está listo también! —ella le hizo un guiño coqueto y sabía que si no hubiera sido por Mar, ya se la hubiera llevado a allí, a hacerle el amor como conejito en celo—. Me parece estupendo, cariño. Me parece genial, ¿cuándo nos mudamos?
—Ahora mismo, ya —se entusiasmó él—. Solo vamos, hacemos tus maletas y las de Mar y las traigo. ¡Quiero que esta noche duerman aquí!
Alejandra asintió emocionada y poco después comenzaron con la pequeña mudanza.
Mientras hacían las maletas, Alejandra podía sentir la excitación por un nuevo comienzo. Tenía un novio, a su hija, al adorable abuelo y una piscina de rehabilitación a pocos pasos de la casa. Sabía que esta mudanza era exactamente lo q