CURVAS DE INFARTO. CAPÍTULO 4. Unos incómodos reflectores
Mircella y Claire se quedaron mudas, como si alguien les hubiera apretado el botón de “silencio”. Elías, o mejor dicho, Nico, con su sonrisa confiada, las miraba esperando una respuesta, pero nada. Las dos parecían tan desconcertadas que apen