REGLA # 1. CAPÍTULO 22. Un lindo oso en celo
Mariel despertó con el cuerpo entero adolorido, como si hubiera corrido una maratón y, al mismo tiempo, hecho una rutina intensiva de gimnasio. Soltó un quejido que resonó en la habitación mientras se sentaba en la cama, desgreñada y con los ojos entrecer